Grammar Core: The Five-Rule Method
Programa de Lenguas y Culturas Extranjeras
Dirección: Silvia Strasser
Perfil de nuestros alumnos
Profesionales, Investigadores, Directivos y Masters que deseen mejorar sus habilidades de Producción Oral y Comprensión Auditiva del idioma Inglés en un corto tiempo y en un entorno de personalización, excelencia y compromiso académico.
Nuestro visión del aprendizaje de la Lengua:
Un idioma es la herramienta con la cual una civilización, un pueblo aprehende, percibe, construye, representa su versión de la realidad. Construcción fundada a partir de un grupo de preocupaciones prioritarias para dicho grupo humano, que ha legado. Y sobre esas bases se siguió y sigue edificando. El idioma da cuenta, refleja y se edifica en función y a partir de ese conjunto de preocupaciones que es particular y específico de cada cultura. De esta manera, el idioma da forma a un pueblo más “naturalmente” inclinado, preparado, programado, calificado, para pensar, construir lo poético, o la epopeya, o lo filosófico, o lo más pragmático, o lo espiritual, o preocupado intrínsecamete por lo espacial, por el movimiento…
En una charla sobre traducciones, Borges y Sábato comentaban:
SABATO -”Amar” en castellano no es lo mismo que en francés. En francés “se ama” un bife o el arroz. Creo, Borges, que ni siquiera podría decirse que se puede pasar del castellano al castellano: desde el momento en que el primer conquistador pisó América, la palabra “llanura” tuvo otro significado que en España.
BORGES -Por supuesto. Es lo mismo que pasa con el Inglés y el Americano.
SABATO -Bernard Shaw dijo: “Una lengua común nos separa”. Un aforismo casi hegeliano.
BORGES -Eso es culpa de los diccionarios, que han hecho creer que hay equivalentes y no los hay.
El idioma es también una forma de comunicarse con el otro, un puente entre pueblos, entre culturas, entre civilizaciones, historias, tradiciones, a veces la única posibilidad de conocer al otro. Conocerlo desde dentro de su cultura, de sus valores, que se reflejan en su idioma y lo constituyen como otro diferente, con sus tiempos, con sus obsesiones, con su sensibilidad, con sus intensidades, con sus velocidades, distintas de las nuestras. Y que se pueden aprehender aprendiendo su idioma.
Y el idioma es también una serie de reglas que ordenan, organizan, permiten que la comunicación exista, que lo que uno quiere comunicar sea comprendido y entendido como uno quiere o necesita que sea comprendido. Saber un idioma implica tener la posibilidad final de transmitir lo que se quiere transmitir, no algo parecido. Comunicarse bien. Comunicarse lo más parecido a como uno se comunica en castellano. Todos los juegos tienen reglas, y es dentro del marco de estas reglas que uno se puede mover, y actuar, y ser.
En este mundo en que por un lado la velocidad impulsada y exigida por los avances de los sistemas de información y la tecnología construye las necesidades de resolver los problemas ya -de optimizar el uso del tiempo, de lograr la máxima eficacia- y de saber un idioma que nos permita participar en la realidad del mundo y no sólo en la realidad local, es imperativo encarar el estudio de los idiomas en forma apropiada.
Para cada persona hay un lugar más conveniente. Nosotros hemos elegido y seguimos eligiendo enseñar y trabajar con aquellos profesionales con quienes compartimos una forma de encarar el trabajo, la seriedad y el compromiso de llegar a la meta que nos proponemos, que es algo que realmente se puede cumplir, pero para lo cual es necesario un trabajo cuidado desde el principio y durante todo el trayecto.
Cuidado en relación con:
la selección de los estudiantes a partir de la atención individual y personal de la directora en las entrevistas, y teniendo en cuenta no sólo la variable nivel de conocimientos del idioma, sino otras variables a las cuales se puede prestar atención en el marco de un proceso personalizado, tales como objetivos, tiempos, necesidades, posibilidades, limitaciones, experiencias, características de personalidad, y otras, que veinticinco años de experiencia en la docencia a adultos posibilitan a la hora de seleccionar los profesionales con quienes trabajaremos;
la planificación de objetivos y plazos en que se pueden alcanzar, en función de cada nuevo estudiante;
la preparación ad hoc de los programas, el uso del tiempo, las materias, los docentes para cada estudiante, cada curso, cada año;
la producción, selección, actualización y desarrollo de cada clase y de los materiales de video, de audio, de lectura, de ejercitación, de debate más convenientes para los nuevos alumnos;
la construcción de un clima de trabajo de respeto, compromiso, solidaridad, tranquilidad, esfuerzo y seriedad;
el trabajo conjunto y de seguimiento permanente de cada alumno, de sus limitaciones, de sus necesidades, de sus objetivos reales -conocer su situación profesional, laboral e incluso personal, porque cada alumno es una persona, y porque esta es la única forma en que se puede ayudar a aprender;
la evaluación permanente de lo que se ha logrado y lo que presenta mayores desafíos, dificultades, limitaciones, aquello que requiere de mayor dedicación, volver, una nueva estrategia;
la recomendación particular, personal, de cómo seguir avanzando en el aprendizaje del idioma;
la claridad a la hora de reconocer y explicar que el aprendizaje de un idioma nunca es mágico; que requiere esfuerzo, perseverancia, pero un esfuerzo que se puede hacer, que se puede sostener, que se ubica después de los compromisos profesionales y los familiares, y que no es infinito ni imposible ni tortuoso, sino un trabajo grato, comprometido y serio de ambas partes en forma conjunta, para lograr algo tan fascinante como poder conocer y comunicarse con otro , con otro pueblo, con otra cultura, con otra historia.