Articular el conocimiento científico, la educación y la diversidad cultural como herramientas clave para analizar y transformar las desigualdades sociales en América Latina y el Caribe.
Las ciencias sociales deben seguir jugando un papel central en la comprensión crítica de los procesos contemporáneos, en un contexto global atravesado por cambios acelerados, tensiones geopolíticas y crisis múltiples. Es urgente la revisión de marcos teóricos, metodológicos y éticos frente a fenómenos como el resurgimiento de nacionalismos, la crisis del multilateralismo, la irrupción de tecnologías disruptivas, la inteligencia artificial, y la emergencia climática. Urge destacar el estudio de las relaciones entre ecología, desigualdad y justicia social, así como los desafíos que plantea el uso masivo de datos y la digitalización del conocimiento.
En el campo educativo, es muy importante impulsar la investigación sobre políticas públicas que promuevan una educación crítica, inclusiva y de calidad, junto con la formación docente y las pedagogías emancipadoras. Se abordan las desigualdades estructurales desde perspectivas de género, sexualidades, interculturalidad y derechos.
Así mismo es una prioridad examinar los impactos de la transformación digital en la educación superior, los riesgos y oportunidades de la inteligencia artificial y la big data, y el rol docente en contextos híbridos. Ciencia, educación y cultura son concebidas como pilares fundamentales para una ciudadanía crítica y una sociedad más justa